Para ser un buen inversor no es necesario estudiar ninguna ingeniería espacial, física cuántica o aprender seis idiomas.
El éxito inversor está más bien relacionado con dos factores clave, uno es el tiempo y el otro las emociones.
Por eso entender mejor la relación entre la inversión y el desarrollo personal y cómo se potencian entre sí nos puede ayudar a comprender nuestro comportamiento o emociones y con ello evolucionar nosotros mismos como inversores.
Tras algunas lecturas sobre temas relacionados con los hábitos, la psicología y la inversión, creo que los elementos de la lista de este artículo comprenden las características más importantes para invertir y con ello acelerar nuestra independencia financiera.
Vamos allá.
Índice de contenidos
Buenos hábitos de ahorro
Conseguir buenos hábitos de ahorro es quizá la característica más importante de un buen inversor.
Por un lado adquirir pequeños hábitos de ahorro se reflejará en que dispondremos de más dinero para cancelar deudas y crear un fondo de emergencia para salir del paso ante gastos urgentes.
Eliminar deudas y ahorrar nos permitirá invertir con más tranquilidad.
Esto va a permitir que no tengamos que desinvertir y perder rentabilidad futura cuando el mercado está bajando.
Ahorrar nos permite añadir más leña al fuego, es decir, nos permite continuar aplicando la estrategia de inversión que hemos elegido.
Para adquirir buenos hábitos en general, una forma que propone James Clear en su libro Hábitos Atómicos es hacerlo atractivo y fácil de ejecutar.
Para ello lo mejor es buscar un objetivo de ahorro que nos parezca muy atractivo conseguir, cada uno tendrá los suyos, por ejemplo un viaje, más libertad financiera, etc.
Consistencia
Esta característica está muy relacionada con la anterior ya que si no aplicamos buenos hábitos sostenidos en el tiempo y perseveramos será muy difícil ver buenos resultados en el futuro.
Para aumentar la consistencia y depender menos de nuestras emociones podemos aplicar la estrategia del Dollar Cost Averaging combinada con la automatización.
Esto se consigue simplemente realizando aportaciones periódicas a nuestros fondos de inversión favoritos pase lo que pase en los mercados.
Paciencia
Si hay una característica que define a un buen inversor esa sin duda es la paciencia.
Los resultados no suelen aparecer de la noche a la mañana y los que invertimos a largo plazo lo sabemos.
Tener paciencia es una cualidad inversora necesaria para que podamos apreciar mejor el efecto del interés compuesto.
Es más, si tienes prisa en enriquecerte mejor olvídate.
Según un artículo de Thomas Corley publicado en Business Insider, para conseguir un buen patrimonio debemos esperar al menos 30 años.
Solamente un 1% de los ricos lo consiguieron antes de tener 40 años.
Y el 80% de los millonarios traspasaron la frontera después de los 50…
Por cierto, a un resultado parecido llegó el estudio del libro el Millonario de la Puerta de al Lado.
Nadie dijo que para la mayoría de los mortales la libertad financiera se conquistara pronto…
Independencia
Si estamos constantemente pendientes de las opiniones de los demás será muy difícil tener un criterio propio para definir nuestra mejor estrategia de inversión.
Cuando tengamos que tomar decisiones nos costará más si no tenemos algunos principios integrados y lecciones aprendidas por nosotros mismos.
Tampoco está de más aislarse un poco del ruido mediático que con frecuencia no busca más que su propio consumo.
Es necesario estar informado pero mucho cuidado con la sobreexposición a las noticias.
Un exceso de noticias puede alterar nuestra estrategia de inversión y llevarnos a cometer errores en el peor momento.
Optimismo
¿Qué buen inversor de verdad no es optimista con la evolución de sus inversiones?
Para alcanzar la independencia financiera debemos pensar que la mayoría de las empresas y otras inversiones van a evolucionar positivamente a lo largo plazo.
Es seguro que habrá años muy malos pero en conjunto la tendencia será positiva.
No obstante, para “acorazar” nuestro optimismo es importante también ser realistas y por eso un buen fondo de emergencia nos puede ayudar a salir de situaciones financieras delicadas y seguir invirtiendo.
Curiosidad
Llegando casi al final pero no por ello menos importante, otra característica intrínseca de un buen inversor son las ganas de aprender.
Si nos quedamos donde estamos es muy difícil encontrar nuevas oportunidades de inversión o quizás perfeccionar lo que sabemos sobre un tema en el que podamos llegar a invertir.
Leer, aprender y aplicar lo que sabemos sobre las limitaciones y oportunidades que nos brindan nuestras inversiones reducirá en parte el riesgo de perder nuestro dinero.
No en vano el inversor más famosos de todos los tiempos, Warren Buffet afirma leer entre 600 y 1,000 páginas al día.
Si te faltan ideas o quieres empezar puedes acceder a mi lista de libros donde puedes encontrar varias sugerencias.
Resiliencia
La capacidad de atravesar momentos de elevada bolatilidad, cracs bursátiles y recesiones sin despeinarnos es una característica común a todo los grandes inversores de la historia, desde Warren Buffet hasta Peter Lynch.
Lo importante es no abandonar el barco en el peor momento y ser concientes de que ninguna crisis dura toda la vida.
Un abrazo.
Inversor Novel