Un crac bursátil pueden ser un momento bastante duro para muchos inversores, particularmente para aquellos que acaban de empezar a invertir y nunca han vivido caídas de un 20%, 30% o incluso un 40% o un 50%.
Con el período bajista (en inglés bear market) que estamos viendo últimamente en las bolsas, es muy tentador comparar la crisis actual con otras anteriores.
Algunos ejemplos de cracs importantes fueron los que ocurrieron en los años 70 (1972-1974), en el 2000 con la burbuja de las “punto com” y más recientemente la crisis financiera de la Gran Depresión que tuvo lugar en 2008.
Sin duda ese último crac bursátil y la posterior recesión que causó fueron muy profundos, no solamente por la pérdida de rentabilidad sino también por su duración. Por esta razón, en este artículo me voy a centrar concretamente en este crac.
Como comentaba en el artículo anterior, no sabemos qué va a pasar ahora. Puede que todo termine pronto o que la situación se alargue varios meses más.
En cualquier caso, conviene estar preparados y para ello quizás sea bueno fijarse en cómo se ha comportado la bolsa durante otras crisis muy profundas.
Índice de contenidos
Introducción
«Incluso el inversor inteligente es probable que necesite de considerable fuerza de voluntad para no seguir a la multitud»
– Benjamin Graham
Con este artículo quería responder algunas preguntas sobre lo que habría pasado en la crisis de 2008 si alguien:
- Ahorrara periódicamente pero sin invertir.
- Invirtiera de golpe y luego dejara de aportar.
- Hubiera seguido invirtiendo la misma cantidad.
- Hubiera dejado de invertir.
- Hubiera aumentado la inversión.
Para ello en el artículo de hoy voy a retomar las simulaciones de inversión que he empleado otras veces en el blog. De esta manera, en esta ocasión voy a utilizar los datos históricos mensuales del índice americano SP500.
En todos los casos que vamos a ver a continuación se supone que la inversión se realiza sobre un fondo de inversión indexado que replica este índice.
Rentabilidad del índice S&P 500
Los datos que voy a presentar se basan en las rentabilidades mensuales que obtuvo el índice SP500 desde enero del 2007 a diciembre de 2016, es decir, un total de 10 años. Todo ello sin tener en cuenta los dividendos ni la inflación.
Durante este tiempo, la rentabilidad acumulada del índice fue del 57,59% incluyendo un intervalo de 6 meses seguidos con rentabilidades negativas o cercanas a 0 que fueron septiembre (-9,08), octubre (-16,94), noviembre (-7,48) y diciembre de 2008 (0,78) y enero (-8,57) y febrero de 2009 (-10,99). Es decir, una rentabilidad durante estos meses de -52,28% (hasta los 735 puntos).
Después poco a poco y mes tras mes la bolsa fue iniciando el ascenso durante 2009 y siguió con algunas bajadas de cierta importancia los años siguientes.
El mercado no alcanzó la cota anterior al crac bursátil hasta marzo del año 2013, es decir, 65 meses (o más de cinco años) después.
Como ves, hubo que esperar bastante tiempo para ver una recuperación total del mercado.
Diferentes maneras de invertir durante el crac bursátil de 2008
Este mercado bajista tuvo diferentes consecuencias según la manera de actuar de los inversores.
A continuación vamos a ver qué hubiera pasado ante cinco situaciones de afrontar una inversión.
En estos casos sus protagonistas aplican diferentes estrategias de ahorro e inversión utilizando principalmente el DCA de aportaciones periódicas.
Todos los inversores parten de un ahorro o inversión inicial de 10.000 euros como se muestra en la siguiente gráfica:
Pepe: no invierte pero ahorra una cantidad fija al mes
El caso de Pepe es el de un ahorrador que, como muchos, no se fía de la bolsa para invertir. Piensa que es casi lo mismo que jugar a la ruleta rusa, incluso a largo plazo.
Por esta razón, lo único que hace es aportar una cantidad fija de 100 euros todos los meses a un depósito que le ofrece su banco. Este depósito prácticamente no tiene ningún interés.
Al final del periodo analizado llega a ahorrar la cantidad de 21.900, partiendo de una cantidad inicial de 10.000 como en todos los casos.
Juan: aporta todo de golpe
Ahora vamos a imaginar una situación muy común que consiste en invertir todo de golpe antes de un crac.
Esos es justo lo que hace Juan con su dinero. Como en los casos anteriores, empieza a invertir la cantidad de 10.000 euros en enero de 200 y piensa en invertir más tarde. Sin embargo, al ver cómo unos meses más adelante la bolsa empieza a bajar cada vez más decide no volver a invertir nada después.
No obstante, al cabo de diez años tendrá un total de 15.784, es decir casi un 57,84% más que si hubiera dejado esos 10.000 euros debajo del colchón.
María: invierte todos los meses, pase lo que pase
A diferencia de los anteriores, María tiene más cultura financiera y sabe que seguir invirtiendo cuando la bolsa baja no es un problema.
Al contrario, a largo plazo será una ventaja ya que podrá, con el mismo dinero, comprar más participaciones.
Por esta razón María decide emplear la estrategia de aportaciones periódicas o DCA (dollar cost averaging). Para ello invierte 100 euros todos lo meses.
Al cabo de 10 años, María tendrá un total de 34.680 euros. Esto es una rentabilidad del 58,35 %, que es la diferencia con el caso de Pepe que aporta esa misma cantidad al mes pero no invierte.
Eso sí, la diferencia de rentabilidad con la situación de Pepe no la habríamos notado hasta junio del año 2012.
Ana: disminuye la inversión durante el periodo bajista
El caso de Ana es algo diferente. También ha recibido educación financiera pero al contrario que María se deja llevar por el pánico.
Había empezado también como todos con 10.000 euros y una aportación de 100 euros mensuales.
Sin embargo, Ana no puede evitar seguir sus inversiones cada día. Las malas noticias y rumores que escucha a su alrededor al final hacen mella en su ánimo.
Por esta razón, deja de invertir durante los 65 meses que dura en total el mercado bajista. Cuando, según ella, las aguas vuelven a su cauce, retoma las aportaciones mensuales. Esto ocurre cuando el mercado vuelve a alcanzar los niveles anteriores a la crisis, en marzo de 2013.
En este caso la cantidad después de diez años Ana habrá conseguido la cantidad de 22.364, una rentabilidad del 45,22%. Como ves esta rentabilidad es menor que en el caso de la aportación periódica de María y de invertir todo de golpe que aplica Juan.
Antonio: aumentando la inversión durante el periodo bajista
Antonio es el que de los cinco tiene más educación financiera. Eso sí, ha leído mucho y se ha formado bien sobre el tema. Esto le ayudado a tomarse la inversión de una manera más racional y menos emocional.
Tiene un fondo de emergencia que le da cierta seguridad durante una posible crisis económica y además tiene la posibilidad de invertir todos los meses.
También, sabe que los meses de mercados bajistas son una buena oportunidad para comprar más barato una mayor cantidad de participaciones de su fondo indexado, uno que replica el índice SP500.
Por esta razón, no solamente decide no dejar de invertir, sino que lo hace con más fuerza, aportando el doble de lo que hace normalmente. Así, pasa de aportar 100 euros a 200 euros durante los 65 meses que dura este mercado bajista (o bear market). Cuando el mercado vuelve a alcanzar los niveles pre-crisis entonces reduce la cantidad a 100 euros al mes otra vez.
En este caso, la cantidad que obtiene al final es de 46.997 con una rentabilidad del 65,48%. Todo eso a pesar de que solamente se ha invertido adicionalmente un total de 6500 euros.
Conclusión
Quizá la conclusión más importante sobre inversión que podemos sacar de esta crisis es que invertir durante los perores momentos significó una mejor rentabilidad futura.
Sin embargo, lo contrario también es cierto. Así, dejar de invertir cuando la bolsa baja en un crac bursátil puede significar una rentabilidad menor en el futuro.
Esto lo vemos muy bien en los casos de Antonio y Ana quienes aumentan o disminuyen sus aportaciones durante los peores meses, respectivamente.
En el caso de Antonio, aunque obtiene la mayor rentabilidad, su estrategia requiere cierta vigilancia de lo que está ocurriendo en el mercado.
Por otro lado, Juan y María obtienen prácticamente la misma rentabilidad que el índice. Esto a pesar de optar por dos estrategias diferentes: aportar de golpe o con aportaciones periódicas.
En mi opinión, la ventaja de invertir de María es que puede haber estado diez años invirtiendo poco a poco, en piloto automático y sin preocupaciones. Al llevar más tiempo invirtiendo que Juan, al final notará la rentabilidad que obtiene sobre las aportaciones mensuales.
Como vemos, las diferencias entre emplear una estrategia u otra pueden ser importantes. Y el resultado dependerá de la paciencia, el autocontrol y la independencia que tengamos sobre nuestras decisiones.
¡Hasta pronto!
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Foto de la imagen destacada: Steppinstars