Ventajas de empezar a invertir pronto

«Buena verdad es que ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe «

José Saramago (1922-2010)



¡Hola Inversores!

Cuando tenemos 20 o 30 años muchas veces no somos conscientes de la importancia que puede tener destinar una pequeña aportación mensual para invertir.

Quizá no sabemos y lo vamos dejando hasta que un día empezamos a oír que es importante ocuparnos de nuestras finanzas, que nuestra jubilación no será como la de nuestros padres, etc.

En realidad nadie sabe lo que pasará pero la mejor manera de prepararnos es tomar las riendas nosotros mismos de nuestro futuro financiero. Y cuanto antes mejor.

En la entrada de hoy vamos a ver la importancia de empezar a invertir en cuanto podamos, con nuestro primer trabajo, con un premio inesperado, etc. Ahorrar es muy importante pero formarse financieramente para invertir con sentido común quizá lo sea todavía más.

En alguna entrada del blog ya hemos visto el efecto pernicioso que tiene la inflación sobre nuestros ahorros y cómo los va erosionando a lo largo del tiempo. También vimos que si no queremos perder poder adquisitivo en el futuro, será necesario invertir.

Eso sí, como vamos a ver no es lo mismo empezar a invertir a los 25 que a los 40.  El esfuerzo que tenemos que hacer para invertir según pasa el tiempo es cada vez mayor y encima tiene más riesgo.

Y no es una mera opinión, lo dicen los números.




Empezar a invertir a diferentes edades

Para verlo mejor vamos a comparar la diferencia de empezar a invertir a los 25, los 40 o los 50 años. En los tres casos se realiza una inversión en un fondo indexado con un 7% de rentabilidad anual promedio. Esta cifra de rentabilidad es la rentabilidad que a largo plazo ha tenido el índice estadounidense SP500 por lo que sí es una rentabilidad que se podría esperar en el futuro.

Ojo, no se trata de que un año tras otro se va a obtener un 7% de rendimiento, esto no es así. Lo que quiere decir es que es la media a lo largo de muchos años.  Habrá algunos años muy buenos con rentabilidades muy superiores y otros muy malos con rentabilidades muy decepcionantes.

 Al empezar a invertir en renta variable tenemos que estar preparados para estos cambios de tendencia y asumir que forman parte del proceso. 

Como se puede observar en la Figura 1, si empezamos a invertir a los 25 años 600 euros al año con aportaciones de 50 cada mes, partiendo de un ahorro de 10000 euros, la cantidad que tendremos a los 65 años será de aproximadamente 269.000. Sin embargo esta cantidad disminuye drásticamente si empezamos 15 años o 25 años más tarde, siendo las cantidades de 92.000 y de 42.000 euros, respectivamente.

Figura 1. Resultado de empezar a invertir a diferentes edades.

Y esto ¿cómo es posible? Esto se debe a un fenómeno conocido como el interés compuesto que vamos a ver ahora a continuación y del que ya hablamos en más profundidad en otro artículo anterior.


Ventajas de empezar a invertir cuanto antes

A continuación vamos a ver las ventajas que tiene empezar a invertir pronto.


Actúa el interés compuesto

El fenómeno del interés compuesto al que Albert Einstein denominó “la fuerza más poderosa del universo” consiste en que los intereses obtenidos en un tiempo determinado se suman al capital que hemos invertido inicialmente, y así sucesivamente, es decir, se reinvierten.

El efecto del interés compuesto se ilustra muy bien comparándolo con una bola de nieve rodando cuesta abajo que cada vez se hace más grande y cae más rápido.

En el caso de inversiones a largo plazo a través de planes de pensiones o fondos de inversión, el efecto del interés compuesto sobre nuestro patrimonio se terminará notando a diferencia de lo que ocurre con otro tipo de inversiones como son las rentas de alquileres donde solamente hay un interés simple y los intereses no se reinvierten.

Este fenómeno está muy relacionado con las reglas del 72 y del 115 que básicamente nos dicen cuándo se podrá duplicar o triplicar el patrimonio a una rentabilidad determinada.


Menor riesgo en la inversión

Al invertir en un fondo indexado de renta variable a largo plazo, según pasan los años, podemos ir aumentando nuestro patrimonio. Además, también se va reduciendo el riesgo cada vez más como nos explica Jack Bogle en el libro Cómo invertir en fondos de inversión con sentido común.

Como sabemos, cuanta mayor rentabilidad esperemos, mayor riesgo se asume. Sin embargo,  este riesgo se va diluyendo si nuestra inversión es a largo plazo. Así, aunque veamos bajadas muy fuertes en la bolsa, a nuestra inversión le afectará menos si es a largo plazo o llevamos ya diez años invertidos. No debemos olvidar tampoco que la bolsa sube más que baja.


Menor esfuerzo en la inversión

En la figura anterior veíamos a lo que llegábamos aportando lo mismo al mes pero empezando a invertir a distintas edades.

Como hemos visto la inversión de quien empieza a invertir a los 25 años serían 50 euros al mes, es decir, 600 al año. Ahora vamos a ver lo que necesitamos invertir si empezamos tarde para llegar a obtener mismo resultado que quien ha empezado antes con aportaciones pequeñas.

Como puedes ver en la Figura 2, en el caso de quien ha empezado a invertir a los 40 años necesitará dedicar 6 veces más, es decir 300 euros al mes para alcanzar la misma cota que quien lo hizo a los 25.

Figura 2. Esfuerzo de la inversión a diferentes edades. Entre paréntesis se indica el importe mensual que se dedica a la inversión.

Si empiezas a los 50 entonces tendrás que destinar 16 veces más, es decir 800 euros al mes para llegar al mismo patrimonio.

A partir de los 50-55 además de destinar un importe mayor, el riesgo en la inversión también aumenta ya que no hay el mismo recorrido temporal para recuperarse de un crash bursátil que cuando se empieza mucho antes.

En este caso, para reducir el riesgo se reduce a su vez la exposición a la renta variable por lo que también se obtendrá menos rentabilidad potencial.



Conclusión

En este artículo hemos visto algunas de las ventajas que tiene empezar a invertir cuanto antes. Y las consecuencias de no hacerlo.

Otra ventaja que podríamos añadir a las anteriores sería la de aprender de los errores. Sin duda, la experiencia al invertir es importante y cuando antes la tengamos mucho mejor.

En mi caso prefiero invertir en fondos de inversión concretamente indexados pero existen otras posibilidades para sacar rendimiento a los ahorros. Por ejemplo los alquileres inmobiliarios, acciones, bonos, crowdfunding, etc.

Lo más importante es ponerse en marcha y educarse financieramente. Para ello existen multitud de libros donde podemos aprender e iniciarnos en el mundo de las inversiones.

En mi caso particular un libro que me resultó muy útil fue Invertir tus ahorros y multiplicar tu dinero para Dummies de Ángel Faustino  (Editorial Planeta). Es un libro muy ameno donde explica todo lo que debes saber sobre los diferentes vehículos de inversión: acciones, fondos, planes de pensiones, bonos, ETFs, etc.

Bueno, espero que a través de este post te haya convencido de lo importante que es empezar a invertir cuanto antes y te haga reflexionar.

¡Hasta pronto!, y si te ha gustado ¡no olvides compartirlo en las redes sociales!

Un abrazo,

IN

Este artículo aparece en el libro “EL PEQUEÑO LIBRO DEL INVERSOR NOVEL: Empezando a invertir con sentido común”. Si deseas tener este libro en formato Kindle para leerlo más cómodamente, puedes adquirirlo en este enlace.


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