Qué es el Minimalismo Financiero y cómo conseguirlo


En esta entrada de hoy vamos a ver qué es el minimalismo financiero y diferentes maneras de lograrlo.

Antes de nada puedo deciros que se trata de una manera muy efectiva de llevar nuestra economía a otro nivel, con el objetivo de lograr la libertad financiera.

¡Vamos allá!





Qué es el minimalismo financiero

Para especificar el significado de minimalismo financiero primero habría que aclarar lo que es el minimalismo.

Según la Real Academia de la Lengua Española, el minimalismo es “la tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo”.

El minimalismo financiero se define como la tendencia a eliminar todo aquello que es superficial en nuestra economía y quedarnos solamente con lo verdaderamente importante y necesario. Esto nos permitirá consumir y ahorrar de una manera más intencional para conseguir nuestros objetivos financieros.

Vamos a ver entonces en este artículo cómo podemos aplicar el minimalismo financiero para mejorar nuestras finanzas.

Esto se puede conseguir de las siguientes formas:


Evitar inversiones complejas

Una manera muy rápida de perder nuestro dinero es realizando operaciones en bolsa con productos complejos que no entendemos (CFDs, Forex, Warrants, etc).

También haciendo trading con el objetivo de ganar mucho dinero en poco tiempo y otras clases de especulación más propias de los juegos de apuestas.

Esta es la manera de aproximarnos a la bolsa que deberíamos evitar a toda costa.

Existen muchos gurús inundando internet de cursos que explican cómo hacerse millonario con unas cuantas sesiones de pocas horas delante del ordenador.

Sin embargo, debemos saber que no hay ninguna ciencia detrás del trading y otros productos complejos. Ninguna.

Por eso, no conocerás a ningún premio nobel que lo ha ganado por sus novedosas aportaciones al trading. Es solamente una cuestión de suerte.




Lo peor de todo esto es que las posibilidades de perder nuestro dinero son altas. Eso nos aleja a nuestros objetivos financieras, sean los que sean.

Si además queremos conseguir algún día independencia financiera este es el camino más rápido para no llegar de ella.

Finalmente conviene destacar que además las inversiones complejas normalmente requieren mucho tiempo. Y el tiempo es un recurso valioso y limitado que dejamos de dedicar en otras actividades seguramente más provechosas.


Evitar utilizar demasiadas cuentas

Ya lo dice el refrán, el que mucho abarca poco aprieta.

Si nos dejamos llevar por las ofertas y campañas publicitarias de bancos, brókers, etc vamos a terminar con varias cuentas. Esto puede resultar muy beneficioso para los bancos pero muy poco para nosotros.

Por un lado, va a ser más difícil llevar un control de nuestro dinero.

Por otro, las comisiones seguramente también se multiplicarán ya que al tener varias cuentas serán más difíciles de controlar.

De la misma manera que tener demasiadas cuentas es un problema, tenerlo todo en la misma puede no ser la mejor opción.

Creo que es mejor tener una cuenta para nuestros gastos diarios y otra donde tengamos nuestras inversiones.

Podríamos tener incluso una tercera en el caso de que tengamos algún negocio o similar. Cada cosa en su sitio.

Sin embargo, cuantas más cuentas tengamos más complejidad vamos añadiendo y por tanto mayor dedicación va a requerir de nuestra parte.

Lo mismo va a suceder con las tarjetas ya sean de débito o de crédito.

La idea es que intentemos reducir su número y con ello las comisiones.





Evitar las suscripciones

Como los gastos hormiga, los gastos en suscripciones son gastos que al realizarlos de manera automática implican que a veces no nos percatemos en ellos.

El problema en mi opinión no es el gasto en sí, sino lo que lo utilizamos y disfrutamos.

Hay casos típicos como las suscripciones al gimnasio al que no se va y seguimos pagando todos los meses. O de aquellos que se suscriben a una revista o a un canal y luego no tienen tiempo o no les interesa tanto.

Para minimizar este gasto podemos hacer un presupuesto todos los meses y llevar un control de nuestros gastos.

De esa manera vamos a darnos cuenta de dónde y en qué se nos va el dinero.

Así, será más fácil evaluar qué merece la pena y qué no. No se trata de recortar por recortar pero sí de ser más cuidadosos con nuestros recursos.

En cualquier caso se trata de una cuestión muy personal. Cada uno debe evaluar hasta qué punto una suscripción le aporta valor.


Evitar endeudarnos

Minimizar nuestras finanzas también consiste en reducir todo lo que podamos nuestras deudas.

De esta manera vamos a conseguir una economía personal más saneada y mejor preparada ante imprevistos u oportunidades de inversión.

Entre las deudas más comunes que podemos encontrar destacan la hipoteca y las tarjetas de crédito.

Si podemos eliminar primero aquellas con intereses más elevados, mucho mejor.

Una manera muy efectiva de evitar endeudarnos es tener un fondo de emergencias.

Podemos recurrir a este fondo siempre que nos haga falta ante un imprevisto o una urgencia.

Esto nos ayudará a sortear momentos difíciles con más tranquilidad sin recurrir a pedir préstamos que implican pagar además intereses.

Por otro lado, si queremos invertir debemos evitar endeudarnos para ello. De otra manera, podemos perder tanto el dinero invertido como el que nos han prestado.

Sin duda librarnos de las deudas y evitar contraerlas va a acelerar nuestro camino hacia la libertad financiera.





Evitar las casas grandes

Comprar una casa grande representa en muchas ocasiones no solamente un desembolso elevado sino un montón de gastos asociados y papeleo.

Cuanta más superficie tenga la vivienda, más tiempo debemos dedicarle a limpieza, mantenimiento, calefacción, etc.

Será tiempo que dejaremos de dedicarle a otras cosas que nos pueden aportar más o que sean más productivas.

Dejamos de poseer la casa para que la casa nos posea a nosotros.



Además del tiempo y dedicación que supone tener una casa grande no debemos olvidar la cantidad de gastos que conlleva:

– recibo de comunidades,

– tasa de basuras,

– impuesto municipal de bienes inmuebles (IBI),

– gravamen en IRPF por bienes inmuebles,

– notario,

– seguro obligatorio de la vivienda,

– adquisición de mobiliario y electrodomésticos,

– reparaciones y mejoras.

Todos estos gastos o una gran parte de ellos se incrementan a medida que adquirimos más metros cuadrados.

Una casa grande queda muy bien en las películas, donde todo aparece perfecto, bien colocado y decorado.

Sin embargo, sería bueno reflexionar un poco antes de decidirnos comprar un espacio con más metros cuadrados de los que necesitamos de verdad.

Como hemos visto se trata de una cuestión de tiempo y dinero.





Evitar el coche

El coche es uno de los mayores gastos que tenemos y que representa una gran trampa hacia la libertad financiera.

Muchas veces cuando compramos un coche no vemos todos los gastos que conlleva y el tiempo que nos va a demandar.

Ente los gastos podemos sumar:

– la gasolina,

– los impuestos municipales,

– el impuesto de matriculación

– la inspección técnica de vehículos (ITV),

– las revisiones,

– las reparaciones,

– limpieza

– el seguro

– aparcamiento

Todo ello además requiere muchas veces de tiempo. Por ejemplo, para llevar el coche al taller, papeleo para los seguros, buscar aparcamiento, etc.

Como ves un coche no solamente cuesta lo que pone en el precio inicial.

Si además lo estamos financiando en cuotas mensuales entonces la cosa se pone todavía peor.

Mes tras mes estamos pagando con los intereses correspondientes.

Es cierto que hoy en día puede ser complicado prescindir de él debido a la distancia de los trabajos, los colegios, etc.

Sin embargo, podemos intentar minimizar todo lo posible este aspecto por ejemplo comprando un coche de segunda mano, comparando seguros, conduciendo de manera más eficiente, etc.

Desde luego si evitamos el coche estaremos practicando el minimalismo financiero y seguramente, mejorando nuestra calidad de vida también.





Conclusión

El minimalismo financiero no es una corriente de pensamiento, una moda o ni siquiera una estrategia.

Simplemente, se trata de llevar nuestras cuentas con sentido común tratando de optimizar al máximo nuestros recursos financieros.

Para eliminar lo que puede ser superficial en nuestras finanzas personales en muchas ocasiones debemos decir que no a multitud de sugerencias y opiniones que escuchamos a diario a nuestro alrededor.

Se trata por tanto de dejar de compararnos con nuestros vecinos, amigos o compañeros de trabajo.

Los medios de comunicación, las redes sociales y la sociedad en general incluyendo muchas veces a familiares y amigos chocarán a menudo con nuestros intentos de minimizar nuestras finanzas para mejorar nuestra situación económica.

Esto no es extraño ya que la sociedad en la que vivimos no lo pone nada fácil.

Aunque esto puede resultar a veces difícil, te aseguro que evitando lo que hemos visto en este artículo vamos a conseguir ahorrar más e invertir mejor.

Seguramente, como todo lo importante, el minimalismo financiero no se consigue de la noche a la mañana.

Necesitaremos desarrollar nuevos hábitos para implementarlo. Pero al final veremos los resultados, seguro.

¡Hasta pronto!

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