Cuando gestionamos nuestro dinero a veces preferimos ignorar las diferentes alternativas que tenemos.
Y la realidad es que todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene consecuencias financieras.
En el artículo de hoy vamos a ver el efecto a largo plazo que tiene el coste de oportunidad a través de un ejemplo.
Vamos allá.
Índice de contenidos
Qué es el coste de oportunidad
El coste de oportunidad es simplemente lo que dejas de ganar cuando eliges poner tu dinero en algo sobre otra cosa.
Por ejemplo podemos elegir destinar una cantidad N a comprar un coche en lugar de invertirlo. Eso tiene un coste de oportunidad que se puede medir fácilmente.
? Este concepto lo tienen muy en cuenta inversores como Warren Buffet y Charlie Munger a la hora de tomar decisiones de inversión.
No solamente es algo que revisan con lupa famosos inversores, los pequeños inversores también podemos usar este concepto a la hora de valorar mejor nuestras decisiones en términos financieros.
El coste de oportunidad en acción
Veamos ahora un ejemplo que ilustra muy bien el coste de oportunidad.
Supongamos que tenemos una cantidad de 20.000 euros y decidimos gastarlo en la compra de un vehículo nuevo.
Podemos calcular el coste de oportunidad de ese gasto si lo comparamos con lo que hubiera supuesto invertirlo durante 10 años en el mercado de acciones.
Como vehículo de inversión podemos elegir un fondo indexado que replique el índice americano SP500 con una rentabilidad media anualizada del 7% a largo plazo.
Pues bien, el primer año de inversión obtendríamos 1.400 euros con esa rentabilidad.
Luego cada año se iría sumando el interés obtenido en el año anterior y los intereses de los intereses, es decir, el interés compuesto.
Si no tenemos en cuenta el interés compuesto en diez años esos 20.000 euros se habrían “transformado” 34.000 euros. Por tanto el coste de oportunidad serían 14.000 euros.
La pérdida de valor afecta al coste de oportunidad
Además cada año el coche se va devaluando sin parar desde que sale del concesionario por lo que es otro dato que habría que tener en cuenta.
A los diez años que es cuando calculamos el coste de oportunidad tenemos que nuestro vehículo sufre una devaluación de hasta un 80%.
En ese caso el valor de nuestro coche sería… 4.000 euros.
Con este nuevo dato tenemos que después de diez años, el coste de oportunidad sería en realidad de 30.000 (14.000 de intereses más 16.000 de pérdidad de valor).
El efecto del interés compuesto
Pero la realidad es que el interés invertido no es simple sino compuesto.
Si consideramos que el fondo donde invertimos es capaz de obtener una rentabilidad media del 7%, los intereses de los intereses se van sumando cada año como una bola de nieve.
Entonces al cabo de esos diez años en realidad no tenemos 34.000 sino 39.343.
Es decir que el coste de oportunidad teniendo en cuenta el interés compuesto y la devaluación del vehiculo en diez años se habrá transformado en 35.343 euros, es decir, un 76% más.
Otros gastos
Y pensaremos que ya hemos terminado con todo.
Pues no.
Durante esos diez años el vehículo representa un gasto también en numerosos apartados como mantenimiento, impuestos, seguros, etc.
Suponiendo un gasto aproximado de poco más de 400 euros anuales entre todo (sin contar el precio del combustible) tenemos un coste de oportunidad que se transforma fácilmente en 40.000 euros, es decir, una diferencia del 100%.
Conclusión
Es verdad que en estos cálculos no se tiene en cuenta el efecto de la inflación, ahora disparada en España por encima del 10%…
Según su porcentaje los gastos asociados al coche pueden ser todavía mucho mayores, por ejemplo teniendo en cuenta el precio del combustible.
⚠️ Para simplificar las cosas tampoco hemos tenido en cuenta el precio del vehículo si esos 20.000 euros se hubieran financiado durante los diez años. Los intereses encarecerían su precio final y por tanto el coste de oportunidad sería todavía mucho mayor.
Por otro lado, tenemos en cuenta un ascenso bursátil constante con un 7% de promedio.
No se trata de que cada año se obtenga exactamente y continuamente esa rentabilidad.
Habrá años donde podrá subir más y otros menos, incluyendo correcciones e incluso cracs bursátiles. Aunque esta es la media histórica puede que en un periódo de diez años no se produzcan tan buenos resultados como ocurrío en la década que se inició en el año 2000.
Por último y no menos importante, no hemos tenido en cuenta los aspectos «intangibles» de tener un coche, es decir, lo que hemos disfrutado: excursiones, libertad para movernos, o incluso la disponibilidad inmediata en casos de emergencia.
En cualquier caso es un ejercicio de números que ilustra muy bien el efecto que a largo plazo puede tener el coste de oportunidad cuando tomamos la decisión de comprar (y mantener) un vehículo frente a lo que podríamos conseguir invirtiendo esa cantidad.
Y lo que hemos visto con un coche también lo podemos aplicar a otras cosas (pasivos) que sacan dinero de nuestro bolsillo.
Un abrazo,?
Inversor Novel