Entre lluvia nubes y mucho frío como cada diciembre, decimos adiós a un nuevo año.
Sin embargo, este no ha sido “un año”, ha sido “el maldito 2020”.
No sé si ha sido porque este año era bisiesto o porque tocaba empezar una nueva época, pero nos ha tocado vivir un año muy duro en varios frentes: de salud, económico, laboral, familiar, social, etc.
Pero 2020, a pesar de todas las desgracias que hemos vivido, también ha sido un maestro y quizás sea bueno recordar algunas de las lecciones que nos ha dejado.
Índice de contenidos
Lecciones financieras
Para empezar en mi opinión podemos identificar tres lecciones financieras principales durante este año.
No vender en momentos de pánico
La caída bursátil que tuvimos fue brutal.
El mercado americano compuesto por las empresas más importantes perdió solamente en un mes, hasta el 23 de marzo, la friolera de 10,000,000,000,000 de dólares.
Hasta Warren Buffet, abanderado de la tesis de Ben Graham y quien afirma que para tener éxito al invertir «hay que ser codicioso cuando los demás tienen miedo y temeroso cuando los demás son codiciosos”, vendió todas sus acciones de compañías aéreas en el peor momento.
Si vendemos en ese momento presas del pánico, seguramente estamos asumiendo las pérdidas ya que nos perdemos el rebote que tarde o temprano llegará.
La importancia del Dollar Cost Averaging
En caídas así, podemos intentar comprar acciones o participaciones mucho más baratas.
Si tenemos la suerte de poder destinar algo de nuestros ahorros a la inversión también vimos cómo era conveniente ir haciéndolo poco a poco.
Por ello, creo que un ganador de este año es la estrategia del DCA.
La caída bursátil de marzo duró varias semanas aunque el rebote posterior se produjo de manera explosiva.
Dejarnos toda la munición en las primeras caídas nos puede dejar sin reacción posible más tarde.
Por otro lado, automatizar la inversión todo lo que podemos permite controlar nuestras emociones y dejar que nuestra inversión siga su rumbo a largo plazo. Unas veces compramos más barato y otras más caro, pero vamos avanzando.
La importancia del Fondo de Emergencia
Cuando veíamos cómo se desplomaba la bolsa en marzo y comenzaban los confinamientos por medio mundo, muchos aprendimos la importancia de tener un dinero ahorrado e un fondo de emergencia.
Preparado para las tempestades de la vida, listo para no tocarse en nimiedades.
Un tesoro.
Otras lecciones del año 2021
Además de los aspectos de las finanzas personales, también hemos aprendido otras cosas en otros ámbitos.
Alguna de ellas son las siguientes.
El futuro del trabajo
El distanciamiento nos ha obligado a utilizar tecnologías y plataformas digitales que antes usábamos menos (Zoom, Meet, etc.) que han entrado con fuerza en la vida de muchas personas.
Esto ha permitido que podamos concebir el trabajo de una manera diferente.
Así, hemos podido comprobar cómo en muchos casos no es necesario acudir todos los días a un centro de trabajo ni siquiera cumplir un horario fijo.
Y todo lo que ello implica para reducir el tiempo perdido en desplazamientos, coste de combustible y estrés.
Y todo lo que ello implica para mejorar la conciliación familiar.
Y todo lo que ello implica para reducir el impacto ambiental y la destrucción del planeta.
Además, esto ha provocado que mucha gente piense en moverse del centro de la ciudad a zonas más rurales.
Este «éxodo» ha sucedido no solamente en las urbes españolas sino en otros países occidentales como Estados Unidos o Inglaterra.
Más globalización
Otra lección que nos ha dejado el año 2021 es que la globalización es una realidad.
En realidad siempre lo ha sido. A lo largo de los siglos se han dado numerosos intercambios culturales, comerciales y de diversa índole entre diferentes naciones, imperios y civilizaciones.
Sin embargo, la rapidez con la que nos podemos trasladar de un lugar a otro o la transferencia de datos instantánea hacen que los efectos de la globalización sean más palpables que antaño. Todo esto lo hemos visto en la extensión de la pandemia y en las maneras de evitarla.
En otro aspecto diferente, el derrumbe de las bolsas durante el mes de marzo también fue global.
Educación
No seré yo quien defienda la desaparición de la educación presencial.
En mi opinión la docencia a través de la presencia de un profesor, un buen profesor y de compañeros, buenos compañeros, es imprescindible.
El factor humano.
Sin embargo, creo que esta educación tradicional se puede reforzar más que nunca a través de nuevas herramientas digitales.
Internet ha potenciado de una manera impresionante nuestra capacidad para aprender nuevas cosas: idiomas, programación, finanzas, hobbys, etc.
Este año nos ha enseñado también que ser un poco más autodidacta es posible hoy en día.
Conclusión
Desde luego para muchos el año 2020 será un año para olvidar. Otros, sin embargo habrán sacado provecho de algunas de estas lecciones.
Esperemos que el próximo año sea más amable y muchas de las heridas abiertas en 2020 se cierren.
Mientras, como inversores, nos queda mantener el rumbo y mirar hacia el futuro con esperanza e ilusión.
Hasta pronto y ¡Feliz Año 2021!
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