Imaginar lo que vamos a ganar invirtiendo es una fantasía.
La incertidumbre siempre se adelanta y no deja de sorprendernos para bien o para mal.
Lo que sí podemos anticipar son lo que llamaremos las tres plagas de la inversión: la inflación, los impuestos y los costes.
Por eso, cuando tenemos una cifra en mente o estamos ya en ella deberíamos anticipar la llegada de estas tres plagas antes de hacernos demasiadas ilusiones.
Por ello, en este artículo vamos a a analizar un caso concreto donde vamos a ver cómo estos tres factores pueden hacer mella en nuestra inversión y cómo podríamos atenuar su efecto (si es que acaso se puede).
Vamos allá.
Índice de contenidos
Introducción
Antes de nada vamos a introducir un poco cada uno de los términos que vamos a ver en más detalle en el resto del artículo.
Como verdaderos Novelers que seguís este blog ya sabéis que hago mucho hincapié en la inflación.
Y es que se trata de uno de los factores que más se come nuestros ahorros.
La inflación es el encarecimiento de los bienes y servicios durante un periodo concreto que normalmente es un año. En los años de atrás hemos visto una inflación notable que se ha ido moderando después.
Ojo, digo moderando porque que haya bajado no quiere decir que disminuya; por desgracia sigue aumentando y se suma a la anterior con rapidez.
La inflación es letal para nuestras finanzas personales ya que nuestro dinero cada vez vale menos a no ser que lo intercambiemos por activos que se vayan revalorizando.
El segundo factor que también trato mucho en el blog, son los costes.
Aunque hay una gran cantidad de costes o comisiones en nuestra simulación me voy a centrar en los que conlleva invertir en un fondo indexado que vienen dados por su el porcentaje de gastos totales anuales o TER (Total Expense Ratio). El TER incluye las comisiones de gestión y de depósito, los gastos de compra venta de valores, etc.
Según cómo de elevados sean los costes así será nuestra pérdida de rentabilidad futura. No hay más.
Los costes ya están incluidos en el valor liquidativo diario del fondo que se hace público al partícipe. No tenemos que hacer ningún cálculo nosotros.
Finalmente, cuando una inversión tiene ganancias o plusvalías estas conllevan el pago de impuestos que como veremos también se lleva un buen pico de nuestra inversión.
A continuación vamos a simular una inversión en un fondo indexado con una rentabilidad del 8% de 10.000 € y vamos a ver cómo quedaría a lo largo de 30 años después de sufrir el efecto de los costes, la inflación y los impuestos.
Efecto de los costes
Los costes son un factor al que damos muy poca importancia cuando empezamos a invertir pero la realidad es que se van sumando cada año, siendo al final una cantidad importante.
En este caso vamos a tomar una inversión en fondos indexados con un TER de 0,10% sumados a otros gastos del bróker del 0,20%; en total, unos costes de 0,30%.
Como vemos en la siguiente figura, y usando esta calculadora del interés compuesto, después de 30 años una inversión que no tuviera costes (algo que no existe) llegaría a los 100.600 € o dólares.
En cambio, haciendo los cálculos correspondientes (o usando la misma calculadora), una inversión con costes de 0,30% llegaría a 92.670 €; y otra de 1% se quedaría en 76.122 €.
Como vemos el efecto de los costes se dispara cuanto más altos son.
En el último caso resulta casi un 25% del total.
Efecto de los impuestos
Si los costes como hemos visto merman nuestra inversión, otro factor que la reducirá todavía más son los impuestos.
Supongamos que vamos a retirar nuestra inversión a los 30 años.
Antes de nada debemos saber que solamente se declaran las plusvalías o ganancias, no todo el capital invertido.
El impuesto que se paga por estas ganancias está en torno al 20% aunque puede variar según la cantidad y el país por lo que es mejor informarse sobre la fiscalidad de cada caso.
Para nuestra simulación y para redondear vamos a tener en cuenta un 20% sobre las ganancias que en nuestra inversión, suponiendo que elegimos un fondo indexado de bajo coste fueron de 82.670 €.
Al aplicar ese 20% de 82.670 € tendríamos que pagar 16.534 € de impuestos con lo que si lo restamos a los 92.670 € que teníamos después de unos costes del 0,30% nos quedarían unos 76.136 €, es decir 24.000 € menos que nuestra inversión sin costes ni impuestos.
Pero si los costes del fondo fueron del 1% entonces nos quedarían 59.588 €, o sea, unos 40.000 € menos que si no tuviera ni costes ni impuestos.
Como vemos los impuestos sumados a los costes se comen una buena parte de nuestra inversión.
Efecto de la inflación
Y pensaremos que hemos terminado; me gustaría decirte que sí pero es que el dinero de hoy vale muchísimo menos el día de mañana.
Esos 76.000 € que nos quedan al final no podrán hacer lo mismo dentro de 30 años, aunque nuestra rentabilidad año tras año haya sido generosa.
El aumento general de precios y servicios durante ese tiempo, es decir, la inflación es la tercera plaga devastadora de nuestros ahorros y finanzas.
Si tenemos en cuenta una tasa de inflación de un 3% durante esos 30 años entonces, usando esta calculadora de inflación, tenemos que después de ese tiempo el poder adquisitivo de esos 76.136,00 € será de 40.071,58 €.
Fíjate que esa cantidad es el resultado de haber invertido los 10.000 € durante 30 años, sin ninguna aportación adicional.
Si no hubiéramos invertido, el poder adquisitivo de esa cantidad pasado ese tiempo sería casi la mitad, 5.263,16 €.
Como vemos, a largo plazo existe una gran diferencia entre invertir y no invertir.
Conclusión
Evitar estas tres plagas no es fácil ya que son factores que en gran medida están fuera de nuestro control.
Lo que sí podemos controlar es que nuestra inversión sea a largo plazo para dejar actuar al interés compuesto con mayor fuerza.
Otro factor que podemos minimizar son los costes, invirtiendo en fondos indexados de bajo coste con un TER menor de 0,1% si es posible.
Que los costes sean los más bajos posibles ya hemos visto que es una apuesta ganadora.
Realizar una inversión automática con aportaciones periódicas será la forma más efectiva de ir invirtiendo casi sin darnos cuenta.
La clave será saber para qué estamos invirtiendo y que no hacerlo puede costarnos muy caro.
Un abrazo,
Inversor Novel
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