Vivimos en una sociedad donde reinan las apariencias.
La sociedad moderna nos ha condicionado a perseguir una mejora constante en nuestra vida material.
Comprar el último modelo de iPhone, mudarse al barrio más exclusivo o conseguir el coche más reciente parece ser el único objetivo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando alcanzamos esos hitos?
En este artículo vamos a ver algunas ideas sobre las apariencias y cómo la discreción puede ser un arma secreta para alcanzar más libertad financiera en una dimensión diferente a la que nos impone la sociedad.
Vamos allá.
Índice de contenidos
Escapando de la insatisfacción permanente
Una vez que alcanzamos un nuevo nivel de éxito o adquirimos un nuevo objeto que deseamos, la euforia inicial desaparece rápidamente, reemplazada por la presión de nuevas expectativas que no paran de cambiar. Este fenómeno se conoce como la «cinta hedónica«.
Es como si estuviéramos en un gimnasio corriendo en una cinta: da igual lo rápido que vayamos ya que al final siempre estamos en el mismo lugar. Lo mismo sucede con nuestra felicidad material; no importa cuánto ganemos o cuántas cosas nuevas compremos, nuestra satisfacción general tiende a permanecer constante. Es la reversión a la media que se aplica a tantas cosas.
Y la ciencia respalda esta experiencia tan común. Está demostrado que, después de cubrir nuestras necesidades básicas como un techo, el alimento y la atención médica, un aumento adicional en los ingresos no genera un aumento significativo en la felicidad.
Esta adaptación rápida a nuestra nueva realidad financiera significa que lo que una vez se sintió como una gran mejora pronto se convierte en la nueva norma, dejándonos anhelando más para recuperar ese sentimiento de emoción inicial.
Por ejemplo, si recordamos la última vez que cambiamos de móvil, al principio sentimos una gran emoción al probarlo. Pero más pronto que tarde es fácil empezar a pensar en el próximo modelo. Este patrón se aplica a casi todo lo que compramos: coches, casas, ropa y hasta el estatus social.
Además, no olvidemos que las redes sociales amplifican esta presión por desear cada vez más cosas o experiencias. Lo importante no es su disfrute sino contarlo.
Optar por una apariencia más modesta significa dejar de correr por esa agotadora cinta y decirnos «me niego a participar en esto». La paz interior que proviene de esta decisión puede brindar mucha más felicidad que seguir persiguiendo esa satisfacción temporal que nunca se acaba.
Reduciendo la ansiedad del modo supervivencia
En la búsqueda del éxito y las apariencias, muchas personas caen en una trampa financiera que les genera una constante ansiedad.
La idea de mantener un estilo de vida elevado puede parecernos atractiva pero a menudo conlleva un precio muy alto: estrés financiero y una sensación perpetua de estar en modo supervivencia. Esto es la famosa carrera de la rata.
Una vida tranquila y modesta es esencial para mantener la paz mental. Cuando recibimos un ingreso extra o un aumento salarial y lo gastamos en un coche nuevo que consume el 40% de nuestro salario neto, perdemos la capacidad de permitirnos el lujo de perder el empleo, tomarnos un descanso o considerar otras oportunidades. Quedamos atrapados en la carrera de la rata.
Además, un gasto elevado en un área tiende a crear un efecto dominó de gastos adicionales. Un efecto muy similar al efecto Diderot.
Esto lo vemos claramente con los coches. La diferencia del coste de mantenimiento durante los 100.000 primeros kilómetros de rodaje entre un coche de alta gama y uno generalista asciende a un 9%.
Eligiendo artículos de lujo, no solo incrementamos nuestro gasto inicial, sino también los costes continuos de mantenimiento, seguros y reparaciones.
Cuanto mayor sea la brecha entre tus ingresos y tus gastos, mayor será tu tranquilidad. Esa brecha te brinda la flexibilidad para tomar riesgos, probar cosas nuevas o simplemente tomarte un tiempo libre si así lo deseas.
Esta tranquilidad financiera es la base para reducir la ansiedad y escapar de la carrera de la Rata.
Mejorando la claridad mental y el bienestar
También adoptar un enfoque minimalista no solo ayuda a tus finanzas como vimos en este artículo, sino también a tu mente. El método popularizado por la influencer japonesa Marie Kondo, conocido como el método KonMari, se centra en mantener solo las cosas que realmente nos importan.
El desorden físico no solo ocupa espacio en nuestro hogar, sino que también genera un desorden mental que puede afectar nuestra claridad y bienestar emocional. Deshacerse de lo innecesario y enfocarse en lo esencial nos otorga una mayor claridad y bienestar emocional.
Dejamos atrás la ansiedad de mantener un ritmo de consumo frenético que nos resta dinero, tiempo y energía. Cuantas más cosas tengamos, más estaremos atrapados en la carrera de la rata.
Y al aplicar este método a nuestras finanzas, no solo ahorramos dinero, sino que también reducimos el estrés asociado con mantener un estilo de vida marcado por un estatus elevado.
La confianza interior
Para mucha gente adinerada, la simplicidad y la autenticidad son claves.
Optar por una vida sencilla es comprender que la verdadera riqueza no reside en la ostentación, sino en la confianza interna y la seguridad que proviene del conocimiento de su valor real. Esta confianza interior es más valiosa que cualquier cantidad de bienes materiales.
Vivir auténticamente y valorar lo interno por encima de las apariencias externas es una forma poderosa de construir relaciones más significativas. Cuando no sentimos la necesidad de impresionar a otros con lo que tenemos, nos liberamos para ser nosotros mismos y atraemos a personas que nos valoran por lo que realmente somos.
Muchas veces, la presión social nos empuja a mostrar un estilo de vida que no se corresponde con nuestra realidad. Esto crea una disonancia entre nuestra verdadera forma de ser y la imagen que proyectamos. Esta disonancia puede ser agotadora y estresante. Viviendo de manera auténtica, nos alineamos con nuestros valores y encontramos más satisfacción.
Conclusión
La verdadera riqueza está en lo que no se ve. No se mide por las posesiones materiales, sino por la paz interior y la calidad de nuestras relaciones.
Al final optar por una vida sencilla y auténtica no solamente acelera nuestro proceso para llegar a la libertad financiera sino que nos permite concentrarnos en el crecimiento personal y el bienestar emocional.
Sin duda es posible escapar de la carrera de la rata. Para ello, huir de las apariencias y buscar la simplicidad serán en buena medida la clave.
Un abrazo,
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