La regla del 72 y del 115 nos van a permitir conocer el tiempo que se tarda en duplicar e incluso en triplicar un capital cuando invertimos a largo plazo.
En este blog ya tuvimos ocasión de explicar un fenómeno conocido como interés compuesto que nos permite aumentar nuestro capital gracias a la acumulación de los intereses y su reinversión a lo largo del tiempo.
Lo que se deriva del interés compuesto son estas dos reglas financieras conocidas como la Regla del 72 y la Regla del 115.
En esta entrada vamos a ver cómo funcionan estas reglas con algunos ejemplos y observaciones a tener en cuenta para su aplicación.
Índice de contenidos
De dónde salen estas reglas
Lo primero de todo sería preguntarse de dónde salen la regla del 72 y del 115. Para el cálculo del tiempo que se tarda en duplicar y triplicar un capital habría que aplicar unas fórmulas más complejas que se obtienen a partir del cálculo del interés compuesto:
- Para duplicar:
- Para triplicar:
Donde N es el tiempo en años y r la rentabilidad de la inversión.
Como se puede observar, estas fórmulas originales incluyen logaritmos y por supuesto la utilización de una hoja de cálculo o una calculadora en todo momento.
Para simplificar estas fórmulas, en economía financiera se utilizan la Regla del 72 y la Regla del 115 que son mucho más sencillas. Sus resultados se aproximan mucho a la fórmula original como vemos en la siguiente tabla:
A continuación vamos a ver estas dos reglas con más detalle.
Regla del 72: Para saber cuánto tiempo tarda en duplicarse una inversión
Esta regla consiste en dividir 72 por la rentabilidad o rendimiento esperado en nuestra inversión, es decir:
Ejemplos→ al invertir 20.000 euros en un fondo de inversión que me da una rentabilidad del 7,2% entonces a los 10 años habré duplicado la inversión y tendré 40.000 euros gracias al interés compuesto.
Sin embargo, si la rentabilidad de nuestra inversión es del 2 %, entonces habrá que esperar 36 años para ver cómo se duplica el dinero.
A partir de la misma fórmula podemos llegar a conocer la rentabilidad necesaria para duplicar nuestra inversión según los años que vamos a invertir:
Ejemplos→ para doblar mi dinero en diez años necesitaré una rentabilidad del 7,2%. Si vamos a esperar 20 años entonces con una rentabilidad del 3,6% será suficiente.
Calculadora de la regla del 72
Regla del 115: Para saber cuánto tiempo tarda en triplicarse una inversión
Esta vez vamos a cambiar de número aunque las fórmulas como vas a ver son las mismas que antes para la Regla del 72 solamente que ahora cambiamos el 72 por el 115. Por eso esta vez se llama Regla del 115.
Ejemplo→ con un fondo de inversión que tenga una rentabilidad de 7,2 % se tardarían casi 16 años en triplicar la inversión. Si la rentabilidad que obtenemos con nuestra inversión es del 2% entonces tendremos que esperar… ¡57,5 años!
A partir de la misma fórmula podemos llegar a conocer la rentabilidad necesaria para triplicar nuestro dinero según los años que vamos a invertir:
Ejemplo→ para triplicar una inversión en 20 años será necesario una rentabilidad del 5,75 % mientras que si acortamos el plazo a 10 años se necesitará una rentabilidad del 11,5 %.
Calculadora de la regla del 115
Gráfico comparativo entre las dos reglas
Quizá la mejor manera de ver cómo funcionan estas dos reglas sea mediante una representación gráfica aplicando diferentes rentabilidades:
Como se puede observar en la gráfica, para rentabilidades muy bajas, el número de años que tenemos que esperar para duplicar o triplicar nuestro dinero es realmente alto, nada menos que 72 y 115 años respectivamente.
Sin embargo, a partir de un 10% de rentabilidad aproximadamente vemos cómo se empiezan a acortar los tiempos y también las diferencias entre la duplicación y triplicación de nuestra inversión.
En este punto conviene resaltar que las rentabilidades altas siempre están asociadas a un mayor riesgo en la inversión. Por ello, no nos podemos dejar llevar por los cantos de sirena de productos de inversión que prometen altas rentabilidades sin ningún riesgo.
Observaciones importantes
Fáciles de usar
Por su sencillez, estas reglas resultan muy interesantes a la hora de valorar una inversión según su rentabilidad y el tiempo del que disponemos.
Las podemos aplicar en cualquier momento, por ejemplo, andando por la calle o mientras viajamos en el autobús y veamos el anuncio de algún producto financiero y su rentabilidad.
No dependen del capital invertido
Para aplicar estas reglas nada más necesitamos conocer la rentabilidad o el tiempo. Por tanto, el cálculo de estas reglas no depende del capital invertido. Se puede aplicar tanto si invertimos 100 euros como si invertimos un millón, da igual la cantidad.
No predicen el futuro
Estas reglas no predicen el futuro de nuestras inversiones. Como se dice en todo producto de inversión “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.
La misma inversión
Un factor importante a la hora de aplicar estas fórmulas es que se debe de tratar de una misma inversión, ya sean acciones, fondos de inversión, ETFs, etc. No podemos mezclar diferentes inversiones y aplicar su rentabilidad conjunta en las fórmulas.
Comparar diferentes inversiones
Lo que sí podemos hacer con estas Reglas es comparar diferentes inversiones que nos den diferentes rentabilidades. Por ejemplo, podemos comparar dos fondos de inversión diferentes con diferentes rendimientos, uno con una rentabilidad del 1% y el otro con una del 5%, donde según las Regla del 72 tardaremos en duplicar nuestro dinero 72 y 18 años respectivamente.
No cuentan con el efecto de la inflación y los impuestos
Hay que tener en cuenta que las dos reglas que hemos visto no tienen en cuenta la inflación. Como ya vimos en una entrada anterior, es un factor que juega en contra de nuestros ahorros y nuestra inversión a lo largo del tiempo, casi sin darnos cuenta.
Estas reglas tampoco tienen en cuenta los impuestos que se pueden aplicar a nuestra inversión. Según cómo sea nuestra inversión pagaremos más o menos impuestos lo que afectará a la rentabilidad real que obtenemos.
Cuidado con el riesgo
Como hemos podido comprobar en los ejemplos anteriores, para conseguir doblar el dinero en pocos años es necesario conseguir una rentabilidad muy alta.
Sin embargo, puede que no queramos asumir demasiado riesgo en nuestra inversión y por tanto no se puedan alcanzar rentabilidades tan elevadas.
El hecho de obtener una alta rentabilidad en una inversión siempre va unido a un mayor riesgo, no se pueden separar. Hay que tener mucho cuidado antes de embarcarnos en una inversión que prometa una alta rentabilidad a costa de un elevado riesgo.
Siempre tenemos que saber nuestro perfil de inversor (conservador, moderado, agresivo) y cuánto riesgo estamos dispuestos a tolerar.
El tiempo es importante
Además de la rentabilidad, el otro factor clave a tener en cuenta es el tiempo y dejar que el interés compuesto vaya actuando a lo largo de los años. Como vimos en otro artículo del blog, por esta razón es tan importante empezar a invertir cuanto antes y a largo plazo.
Son aproximaciones
Como observación final, es importante destacar que aunque estas fórmulas se aproximan muy bien a la realidad, no dejan de ser aproximaciones a una fórmula más exacta pero también más compleja como hemos visto al principio.
Conclusión
La regla del 72 y del 115 son muy útiles ya que reflejan directamente el efecto del interés compuesto en una inversión. Nos van a permitir estimar de una manera rápida y sencilla el tiempo aproximado que se tardará en duplicar o triplicar nuestro dinero.
Por todo ello son unas fórmulas financieras esenciales que debemos tener presentes a la hora de invertir en cualquier producto. Eso sí, todo ello siempre teniendo en cuenta nuestro perfil de inversor y el riesgo que podemos soportar.
Bueno, espero que te hayan gustado estas dos Reglas y tengas muchas ganas de aplicarlas ya en tus inversiones.
¡Hasta pronto!
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