En el artículo de hoy me gustaría describir ocho hábitos para alcanzar la libertad financiera que comparten aquellos que lo han conseguido o están a punto de hacerlo.
Como te podrás imaginar no se trata de un proceso que se consigue de la noche a la mañana.
En realidad, al final no se trata de un único hábito para alcanzar la libertad financiera sino de una suma de muchos hábitos que nos lleva a mantener un estilo de vida sostenible en el tiempo.
Para conseguirlo, debemos intentar poner en práctica las mejores acciones que nos permitan acelerar el proceso hacia nuestro objetivo.
Aquí te doy algunas.
¡Vamos allá!
Índice de contenidos
Apuntar nuestros gastos
Entre los hábitos para conseguir la libertad financiera este puede ser el más importante.
Esto se debe a las siguientes razones.
Por un lado, apuntar los gastos implica conocer de verdad donde se nos va el dinero.
Solamente así podemos saber si esos gastos son necesarios o por el contrario podemos prescindir de ellos.
Esto se ilustra muy bien en el caso de los gastos hormiga que vamos realizando día a día y que, aislados nos parecen muy poca cosa.
Sin embargo, cuando los multiplicamos por los días del mes o del año nos damos cuenta mejor de las cantidades que significan.
Por ejemplo, si alguien fuma media cajetilla de tabaco al día, ese gasto puede representar perfectamente 2 euros (la mitad aproximadamente de una cajetilla de tabaco).
Si multiplicamos 2 euros por 30, la cantidad ya son 60 euros, al año serán más de 700 euros… Ya no es tan poco ¿verdad?
Como ves, dejar de fumar puede ser muy saludable no solamente para nuestra salud sino también para nuestro bolsillo.
Si tenemos una libreta o una aplicación de móvil donde apuntar los gastos en el mismo momento de efectuarlos, será más fácil que dejemos de gastar en aquello que no es necesario o directamente puede dañar nuestra salud.
Con este hábito vamos a conseguir además motivarnos a ahorrar cuando veamos nuestro progreso día a día.
Vivir por debajo de nuestras posibilidades
La sociedad no nos lo pone fácil.
El consumismo está por todas partes y encontramos anuncios desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Nos han enseñado a gastar pero no a ahorrar.
Por eso a veces puede resultar tan difícil rebajar nuestro nivel de vida y no caer en en la carrera de la rata.
Así, es muy fácil que perdamos de vista otras aspiraciones que nos podrían hacer un poco más felices.
«Nos entregamos a trabajos, a veces absurdos, haciendo cosas que no queremos para pagar cosas que en realidad no necesitamos»
Con ese estilo de vida se pueden dedicar jornadas intensivas en proyectos dudosos para luego, sin tiempo, comprarse un coche de lujo para ir al trabajo todos los días.
Si nos paramos un poco a pensar todo esto resulta un poco ridículo.
Lo que ocurre es que muchas veces nos cuesta salir de nuestra burbuja y observar como un testigo indiferente.
Vivir por debajo de nuestras posibilidades no es cortarnos las alas sino al contrario, aumentar nuestras opciones en el futuro.
Pagarnos a nosotros mismos primero
Este hábito en las finanzas personales es también muy poderoso.
Se trata de reservar una parte de nuestro salario para el ahorro o la inversión como si fuera un gasto.
En la práctica es como si nos olvidáramos que lo tenemos.
Hacer esto todos los meses es una fuente de ahorro muy importante ya que nos obliga a ajustar nuestro presupuesto y por tanto nuestros gastos a una cantidad cuando ya hemos ahorrado.
Solamente gastamos cuando hemos ahorrado primero y no al contrario.
Podemos poner un ejemplo muy sencillo, imagina que tienes un salario de 1500 euros y decides destinar al ahorro un 20%.
Entonces simplemente se trata de apartar todos los meses 300 euros y utilizar el resto (1200 euros) para tus gastos mensuales.
Lo que ahorramos podemos invertirlo automáticamente, guardarlo en un sobre, etc pero en cualquier caso creo que es mucho mejor que se separe de la cantidad que no destinamos al ahorro.
De esta manera, además del propio ahorro en sí, podemos ver su evolución a lo largo del tiempo. Esto nos motivará a ahorrar y a mejorar todavía más nuestras finanzas personales.
Mejorar nuestra relación con el dinero
Este hábito consiste en cambiar nuestra mentalidad sobre el dinero.
El dinero en sí no es ni bueno ni malo.
Solamente será de una u otra manera según cómo lo utilizamos y a qué fin lo destinamos.
En lugar de perseguirlo a través de más tiempo del necesario trabajando en aquello que no queremos. O jugando a la lotería.
Se trata de verlo como una herramienta para comprar más tiempo y aumentar nuestras opciones en el futuro.
No se trata por tanto de ahorrar por ahorrar o invertir por invertir para ser el más rico del cementerio.
Se trata al contrario de disfrutar de todo de la manera más inteligente sin dejarnos llevar por las modas o aquello que la sociedad nos dicta que debemos hacer o comprar.
En definitiva se trata de ser más libres, no solamente financieramente sino también al pensar y actuar.
Este hábito no se consigue de la noche a la mañana.
Para lograrlo es necesario primero ir desterrando muchos mitos que tenemos asociados con el dinero, por ejemplo cuando invertimos en bolsa.
Empezar a invertir
Entre los hábitos para alcanzar la libertad financiera destaca el de poner a trabajar nuestro dinero.
Si no queremos que nuestros ahorros terminen siendo pasto de la inflación a largo plazo, la manera más razonable de dar un uso a nuestro dinero es invertirlo.
Ahora bien, no conviene invertir en aquello que no comprendemos bien.
Por ello, es necesario formarse todo lo posible antes de lanzarnos a comprar acciones de una empresa, participaciones de un fondo de inversión, etc.
Si lo deseas, puedes consultar mi Biblioteca donde encontrarás mis recomendaciones de libros para mejorar tus finanzas y empezar a invertir.
Por otro lado, tampoco está mal conocernos mejor a nosotros mismos.
De esta manera vamos a evitar errores emocionales que pueden afectar muy negativamente a nuestra inversión.
Por ejemplo, equivocarnos al contratar un producto con elevada volatilidad puede hacer que perdamos nuestro dinero cuando vendemos en momentos de pánico.
En este punto creo que un buen indicador es cómo dormimos por la noche.
Si estamos inquietos y no dejamos de pensar en ello quizás esa inversión no es la mejor para nosotros.
Eso sí, tampoco podemos perder de vista que sin riesgo no hay rentabilidad.
Si adquirimos el hábito de invertir a largo plazo, este riesgo se irá atenuando.
Padecer momentos de incertidumbre y volatilidad en algunos momentos es normal. Es el peaje que tenemos que pagar si queremos conseguir la libertad financiera.
Hacer un presupuesto
Hacer un presupuesto significa planificar qué porcentaje de nuestros ingresos vamos a destinar a nuestros gastos, ahorros y deudas.
El presupuesto puede ser tanto personal como familiar y normalmente se hace para un mes pero también puede semanal o anual.
Para hacerlo podemos utilizar una plantilla de Excel, aplicaciones o un simple bloc de notas.
A más de uno se le pone la carne de gallina cuando oye esta palabra y es que a priori nos parece que es una restricción a nuestra libertad de gasto y… ¡así es!
La verdad es que si no nos ponemos límites a nosotros mismos puede ser muy difícil que alguien lo haga por nosotros. Por ello, la mejor manera de evitar que los gastos desborden a nuestros ingresos puede ser dedicando un rato al mes a nuestro presupuesto.
Un presupuesto va a ser el mejor hábito para optimizar nuestros recursos y controlar las deudas.
Tampoco se trata de ser demasiado estrictos.
Cierto margen de maniobra puede ser muy importante ante ciertos imprevistos.
Además, esa flexibilidad nos ayudará a ver el presupuesto como un hábito más para lograr la libertad financiera.
Establecer metas claras
Establecer unos objetivos claros de ahorro pueden motivarnos bastante a lograr nuestros propósitos financieros.
Estos objetivos pueden ser tanto a corto como a largo plazo.
Por ejemplo, a corto plazo podrían ser unas vacaciones.
Así, algunas personas se ponen a la vista en el escritorio fotografías de lugares que quieren visitar
A largo plazo puede ser lograr la independencia financiera.
Para ello se puede empezar a practicar algún hobby o una actividad para cuando llegue ese momento.
Buscar más de una fuente de ingresos
Si no podemos ahorrar lo suficiente siempre podemos buscar otras posibilidades para conseguir unos ingresos extra.
Lo fácil es quedarse sentado quejándose pero es mucho mejor buscar una solución.
Podemos por ejemplo:
- vender cosas que no utilizamos en Wallapop
- escribir algún libro y autopublicarlo en Amazon
- dar clases particulares de algo que se nos da bien
- diseñar páginas web para comercios del barrio
- empezar un canal de Youtube o un blog
- vender por internet nuestros propios productos
Como ves existen muchas posibilidades de aumentar nuestros ingresos.
Aunque no sea mucho lo que ingresamos de esta manera, todo suma.
Conclusión
Como puedes ver existen varios hábitos que nos pueden acercar al objetivo de alcanzar la libertad financiera .
Se trata de practicarlos hasta que queden incorporados a nuestra identidad y ya sea inevitable ponerlos en práctica.
Quizás lo más difícil es dar el primer paso pero luego cada vez es más fácil. Empezar a ver resultados, por pequeños que sean nos animará a seguir.
Por último si quieres saber más sobre adquirir buenos hábitos y evitar los malos, te dejo mi reseña del libro Hábitos Atómicos de James Clear en este enlace.
Hasta pronto,
IN
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