Empezar a invertir tarde

Mucho se habla de empezar a invertir lo antes posible pero en este artículo me gustaría hablar de lo contrario, algo que nos ha pasado a muchos inversores: empezar a invertir tarde.

Empezar a invertir tarde es un arrepentimiento muy común para la mayoría de los inversores y es que muy pocos empezamos con diez años como Warren Buffet

Aunque lo ideal es empezar a invertir lo antes posible hacerlo más tarde tiene sus ventajas. Veamos algunos factores a tener en cuenta si hemos empezado a invertir tarde con una visión un poco más optimista.

Vamos allá.





Razones de empezar a invertir tarde

Antes de nada vamos a ver varias razones por las que podemos esperar un tiempo para comenzar a invertir.

Una de las razones más comunes es la falta de conocimiento. Muchas personas no están seguras de cómo empezar a invertir o incluso qué tipos de inversiones existen. Sin el conocimiento necesario, puede ser difícil tomar decisiones y construir una cartera.

Otra razón por la que la gente podría esperar para invertir es el miedo a lo desconocido.

Una característica del mercado de valores y otras inversiones es que pueden ser impredecibles y volátiles. Para aquellos que no están familiarizados con el proceso y los riesgos, resulta difícil dar ese salto y comenzar a invertir.

Finalmente, la falta de dinero también es un gran obstáculo para aquellos que quieren empezar a invertir. Invertir puede requerir una cierta cantidad de capital inicial pero en general no necesitamos mucho dinero para empezar.



El interés compuesto es nuestro amigo

Lo primero que debemos entender es que al invertir el interés compuesto juega a nuestro favor. Este fenómeno consiste en aplicar los nuevos intereses a los anteriores.

Esto provoca un efecto que se parece también a una bola de nieve donde nuestra inversión aumenta de manera exponencial con los años.

No es un efecto que se note pronto, ni mucho menos. Al principio avanza muy despacio pero según transcurren los años va cogiendo un impulso cada vez mayor. De esta manera duplicar o incluso triplicar el patrimonio cada vez requiere menos tiempo.

Cuando hemos empezado tarde podemos pensar que hemos perdido un tiempo demasiado valioso y por ello desanimarnos y tirar la toalla. Sin embargo, seguramente todavía tenemos por delante años suficientes para beneficiarnos de este fenómeno e incluso la oportunidad de aprovecharnos de correcciones importantes en el mercado que permitan recuperar de alguna manera el tiempo perdido.

En mi caso particular desde que empecé a invertir he vivido tres correcciones o cracs:

Finales de 2018: -17,5%

COVID (2020): -34%

2022: -20%

¿Miedo? Pues al principio sí, no lo vamos a negar, pero con el tiempo he aprendido que en todas esas ocasiones tuve la oportunidad de comprar más barato mientras seguía la estrategia del DCA (dollar cost averaging).



Más edad, más cantidad de dinero ahorrado

Normalmente si hemos mantenido un ahorro más o menos constante durante años sin hacer demasiadas tonterías con el dinero (todos hacemos más de una) podemos utilizarlo para empezar a invertir.

En general pueden ser cantidades mayores que si estamos empezando ya que en principio tenemos menos compromisos vitales y financieros como adquirir una vivienda, formar una familia, etc.

Como hemos visto antes, lo ideal es empezar a invertir lo antes posible ya que dejamos más tiempo para actuar al interés compuesto. Sin embargo, si aportamos cantidades significativas a la inversión, se pueden conseguir llegar a resultados bastante buenos ya que el interés compuesto tendrá más “masa crítica” para actuar. Puedes hacerte una mejor idea del esfuerzo de inversión que habría que hacer en esta figura:


Como ves si empiezas a invertir con 40 años necesitarás aportar una cantidad de dinero 6 veces mayor al mes que alguien que empieza a los 25 años. En el caso de que empezaras a los 50, entonces esa cantidad es todavía mayor, 16 veces más.

Más edad, más criterio (en principio)

A menor edad nos podemos permitir cometer más errores ya que los años de vida que tenemos por delante nos van a servir para aprender a no tropezar en la misma piedra.

Además nos podemos permitir el lujo de asumir más riesgo ya que tenemos tiempo de recuperarnos y el interés compuesto juega a nuestro favor mucho mejor que si empezamos a invertir más tarde.

Aunque todo eso es cierto, empezar a invertir tarde como en mi caso proporciona muchas veces mejor criterio y detectar inversiones especulativas. Ya sabes eso de «más sabe el diablo por viejo que por diablo».

Por lo general, alguien de mayor edad es más difícil de influenciar. Eso no quiere decir que uno no se vaya a equivocar nunca, ni mucho menos, ojalá uno fuera inmune.

Esto de las influencias en realidad es más complicado de lo que parece y nadie se libra. Es fácil dejarse llevar por las opiniones en redes sociales y medios de comunicación etc. Por eso es importante leer buenos libros e investigar nosotros mismos para tener un criterio propio y lo más sólido posible.



Colocación de activos con la edad

Muy relacionado con el punto anterior es nuestra asignación o colocación de activos (asset allocation) en inglés. Esto es la manera en la que vamos a distribuir nuestros activos entre acciones, bonos, depósito o dinero líquido.

Las acciones serían los activos con más riesgo mientras que los bonos o depósitos serían aquellos que en general tienen menos riesgo. Según aumenta la edad, se intenta evitar las inversiones que conlleven mucha volatilidad y con ello un mayor riesgo de perder nuestro dinero aunque sea temporalmente.

Algunos expertos aconsejan disminuir el porcentaje invertido en acciones según nos vamos haciendo mayores. Existe una regla muy sencilla que consiste en restar a 100 nuestra edad y esa sería la proporción de acciones que deberíamos tomar. Por ejemplo si tenemos 30 años entonces podríamos destinar a invertir en acciones hasta un 70%.

Otros creen que sería mejor utilizar 110 en lugar de 100 y así tener más exposición a las acciones o renta variable.

Se trata de repartir nuestros activos de la manera en la que nos encontremos más cómodos. Para no complicarnos esta tarea se simplifica mucho utilizando roboadvisors o sistemas que hacen los rebalanceos automáticamente según nuestro perfil de riesgo.



Errores comunes a evitar

Una vez hemos comenzado a invertir, existen varios errores comunes que se deben evitar.

Uno de ellos es centrarnos en las ganancias a corto plazo. Muchos inversores se quedan atrapados en el deseo de obtener ganancias rápidas, pero esto puede ser una estrategia muy arriesgada. En su lugar, es importante centrarse en las ganancias a largo plazo y crear una cartera que proporcione rendimientos sostenidos a lo largo del tiempo.

Otro error muy típico que debemos evitar es concentrar la inversión demasiado en un activo. Es importante diversificar y distribuir las inversiones entre diferentes sectores y mercados. Esto ayudará a minimizar el riesgo y maximizar los rendimientos.

Finalmente, es importante evitar confiar en la suerte. Invertir no es un juego de azar; requiere conocimiento. Es importante dedicar un tiempo para investigar por nosotros mismos y comprender las diferentes estrategias y enfoques de inversión.



Conclusión

Comenzar a invertir tarde puede ser intimidante, pero es posible hacerlo con éxito.

La clave es comenzar poco a poco e investigar diferentes activos, estrategias y métodos.

También, como hemos visto, es importante evitar ciertos errores como centrarse en las ganancias a corto plazo, invertir demasiado en un activo y confiar en la suerte.

Aunque lo ideal es empezar a invertir pronto, empezar a invertir tarde como hemos visto conlleva algunas ventajas importantes.

Peinar canas no es ningún drama a la hora de invertir, solamente debemos ajustar nuestro perfil de riesgo lo mejor posible e invertir en aquello que conocemos bien.

Un abrazo,

Inversor Novel

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